35.7°C casi a las 18:00 horas fue la temperatura de este 25 de diciembre en Santiago, de acuerdo a la información entregada por la Dirección Meteorológica de Chile, confirmando además que se batió un nuevo récord al ser la Navidad más calurosa de los últimos 50 años en la zona.
El organismo mantiene una alerta meteorológica por el día de hoy, por “Evento de Altas Temperaturas Extremas” entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía, lo que adelanta que -al parecer- las olas de calor durante este verano serán pan de cada día y no darán tregua.
Ante este escenario, una de las grandes preocupaciones de los profesionales de la salud y de la población en general es cómo evitar complicaciones por estos golpes de calor que nos acompañarán, según los meteorólogos, durante gran parte de la época estival.
Santiago tuvo la Navidad más calurosa de los últimos 50 años
Ximena Espinoza, coordinadora académica de Prevención de Riesgos del Instituto Profesional IACC, señala que una de las medidas más importes es la protección a los rayos UV provenientes de la exposición solar. “Debemos considerar los riesgos a los cuales nos vemos enfrentados si nos exponemos al sol durante un tiempo prolongado, pues los daños pueden ser a corto plazo (agudos) y a largo plazo (crónicos, y se relacionan con la intensidad de la radiación y el tiempo de exposición”, afirma.
En este sentido, agrega que los riesgos agudos pueden ser quemaduras solares, queratitis o quemaduras de la córnea, fotoalergia y fotosensibilidad, si se están ingiriendo algunos medicamentos. En tanto, los riesgos crónicos tienen que ver con el envejecimiento de la piel, el cáncer de piel, contribución a la producción de cataratas y aumento de infecciones virales.
Ximena Espinoza entrega recomendaciones para enfrentar las olas de calor y evitar complicaciones de salud:
- Evitar la exposición directa al sol sin protección entre las 10:00 y 17:00 horas (el daño máximo es entre 12:00 – 14:00 horas).
- Usar protector solar adecuado al tipo de piel. Se recomienda factor 30 o más, ojalá cada 2 horas y 30 minutos antes de exponernos al sol.
- Proteger las partes del cuerpo que más se exponen: manga larga para la protección de los brazos, sombreros de ala ancha o gorros con visera para la cara, lentes de sol para la vista. Es clave tener especial precaución con el uso de short o pantalones cortos.
- Para mantenernos hidratados, beber líquidos permanentemente.
- Mantener una dieta balanceada y rica en antioxidantes (frutas y verduras).
- Buscar siempre la sombra y el uso de barreras como paraguas, quitasol, sombrillas, etc.
En cuanto a los niños, la coordinadora disciplinar de IACC señala que corren mayor riesgo de exposición al sol debido a que permanecen gran parte del tiempo al aire libre, por lo que deben seguir las mismas indicaciones que los adultos”. A su vez, indica que hay que considerar además las siguientes indicaciones:
- Los bebés menores de 6 meses no deben exponerse al sol.
- Alejarlos del sol ente las 10 am y las 2 pm.
- Usar crema de protección solar de acuerdo con lo recomendado por el pediatra.
- Dar a beber bastante líquido y consumir frutas y verduras.
- Su ropa de protección debe ser de algodón y que cuide las partes más expuestas (rostro, brazos, piernas).
- Si van al jardín infantil, indicar que les apliquen bloqueador antes de salir a jugar al patio.
- En caso de que el niño presente en la piel una lesión sospechosa, consultar al dermatólogo.
Efectos ambientales de las olas de calor
Las señales de un clima alterado a nivel mundial son cada vez más notorias, con fríos sin precedentes en el hemisferio norte e intensos episodios de calor en el sur.
Euclides Rodríguez, coordinador académico de Gestión Energética, Calidad y Ambiente del Instituto Profesional IACC, señala que “Chile no se escapa de esta realidad. Ya hemos sido testigos las últimas semanas de olas de calor, que han llevado incluso a romper los récords de altas temperaturas alcanzadas en meses de diciembre de otros años”.
¿Cuáles son los riesgos ambientales que las olas de calor pueden generar? Euclides Rodríguez entrega algunos ejemplos para poner ojo y mantenernos alerta:
- Calidad del aire: las altas temperaturas pueden contribuir al aumento de la concentración de contaminantes atmosféricos, como el ozono y las partículas en suspensión. Esto puede afectar la calidad del aire y tener consecuencias negativas para la salud respiratoria de la población.
- Consumo de agua: las olas de calor pueden aumentar la demanda de agua para riego, refrigeración y consumo personal. Esto podría poner presión sobre los recursos hídricos locales e incluso llevar a restricciones de agua si el tiempo es prolongado.
- Riesgo de incendios forestales: las altas temperaturas y la sequedad del aire aumentan el riesgo de incendios forestales. Esto puede tener consecuencias devastadoras para la flora y fauna local, así como representar una amenaza para la seguridad de las comunidades y parque de la región metropolitana.
- Infraestructura urbana: las altas temperaturas pueden afectar la infraestructura urbana, especialmente el sistema eléctrico y de transporte. Los cortes de energía y problemas en el transporte público pueden ser más comunes durante olas de calor, afectando la vida diaria de la población.
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