El pasado lunes 8 de abril, funcionarios de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), encontraron una sospechosa maleta en la calle Los Talaveras, a solo un par de metros de la plaza de Ñuñoa. Para sorpresa de los uniformados, en su interior había una bolsa con un cadáver descuartizado, el cuál se encontraba completamente esqueletizado. En un comienzo, los rumores y especulaciones apuntaban al crimen organizado. Sin embargo, luego de dos días de investigaciones, se dio a conocer que el hecho involucraba a dos monjas de dicha comuna.
Es más, lo que se descubrió en las primeras pericias fue que ambas religiosas «acordaron que cuando una de ellas muriera, nadie debía enterarse».
Pero, ¿qué pasó realmente? «Lorenza Ramírez escondió el cuerpo de su amiga Erica Fernández cuando ella murió. Lo mantuvo en secreto en una maleta en su casa durante un año completo», dice uno de los informes revelados por la investigación realizada sobre lo que pasó con las «monjas» de Ñuñoa.
El impactante secreto detrás del cuerpo encontrado en Ñuñoa: Las religiosas que nunca fueron monjas
Dicho esto, luego de que la información de lo que sucedió se difundiera por todos los medios del país, algunas autoridades que investigan el caso se refirieron a la situación.
Uno de ellos fue Francisco Llanas, persecutor de la Fiscalía Oriente, quién aseguro las mujeres involucradas no eran monjas sino que solamente laicas religiosas.
«Se trata de dos mujeres no consagradas así que no se les puede determinar como monjas. Y que mantenían una relación de amistad desde hace muchos años», dice el fiscal sobre las supuestas monjas de Ñuñoa.
Detalles de la investigación
Por otro lado, el persecutor de la Fiscalía Oriente también entregó detalles de la investigación sobre lo que ocurre con estas dos mujeres.
«Se establece que en el transcurso de esos años, la mujer encontrada en la bolsa, inició una enfermedad que nunca se trató. Es en ese contexto, es que ellas hacen esta especia de pacto de aislarse. Ambas tenía la aspiración de ser monjas de claustro, de no tener contacto mayor con el mundo exterior. Por lo tanto, llegan el acuerdo de que en caso de fallecimiento de una u otra, no dar cuenta a la autoridad y cuidarse entre ellas hasta el ultimo momento», agregó en relación a la historia detrás de las «monjas».
Por último, recordemos que Lorenza Ramírez llegó hasta la calle Los Talaveras en Ñuñoa, donde dejó una maleta con el cuerpo esqueletizado de su amiga, Erica Fernández.
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