Que cada vez el mundo se va haciendo mayor es una realidad que ya nadie la discute, lo que trae una serie de interrogantes de lo que va a pasar en el futuro. La descendencia y la “especie” infantil se van casi -modo catastrofista- extinguiendo. Pero, ¿qué está pasando en Chile con esta situación, donde tenemos que agregar una condicionante más tasas de infertilidad que tampoco contribuyen?
En el marzo de este año, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que nuestro país registró 11.537 nacimientos (50,2% hombres y el 49,8% mujeres). Lo que representa una disminución del 27,2% en comparación a la misma fecha del año pasado y, por si fuera poco, implica una disminución del 0,3% en comparación con febrero de 2024, según la Tasa Global de Fecundidad (TGF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile cuenta con 1,3 hijos por mujer, la más baja de América Latina.
Esta disminución de la fertilidad, ya sea por posponer o renunciar a la maternidad, tiene respuesta. Se debe principalmente a los cambios de las estructuras sociales como mercado laboral juvenil altamente inestable, educación pública gratuita débil y la dificultad para que los jóvenes se separen de sus padres y obtengan acceso a oportunidades educativas. Además, criar un hijo es 4 veces más costoso que hace 100 años.
Bajo este contexto, vemos que las condiciones en nuestro territorio son precarias. Esto además si sumamos que hoy, aproximadamente el 15% de las parejas en edad reproductiva enfrentan inconvenientes de infertilidad. De ellos, 40% se debe a factores femeninos, el otro 40% a masculinos y el 20% restante a causas combinadas o desconocidas.
Día de la Fertilidad: ¿Por qué se celebra?
El Día Mundial de la Fertilidad se celebra el 4 de junio de cada año desde 2009. Fue instaurado por la International Fertility Association (IFA) para destacar la importancia de la salud reproductiva y apoyar a quienes buscan formar una familia.
Esta fecha fue elegida por el simbolismo de los números 4 y 6. Estos representan los días de vida de un embrión antes de la implantación. Además, se realiza en junio en honor a Juno, diosa romana de la maternidad.
El objetivo principal es crear conciencia sobre el problema extendido de la infertilidad en la actualidad. Busca visibilizar esta condición, promover el acceso a tratamientos y desestigmatizar a las parejas que enfrentan dificultades reproductivas.
A razón de esto la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER), cada 4 de junio, día en el que se busca sensibilizar a la población sobre la importancia del cuidado de la fertilidad, utiliza alguna prenda u objeto de naranjo en todas las actividades que se realizan junto a la ASRM, ONGs y centros médicos, sociedades del área, profesionales de la salud, agrupaciones de pacientes y líderes de opinión.
Todo lo que tienes que saber de infertilidad
La doctora Cinthia Chareca, Medical Manager de Merck Group señala que la infertilidad consiste en la incapacidad de lograr el embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. La Organización Mundial de la Salud destaca que 1 de cada 6 parejas en edad reproductiva podría verse afectada. “El punto de máxima fertilidad de una mujer está a comienzos de la década de los 20. En la medida en que la edad avanza, la fertilidad va disminuyendo. A partir de los 35 años y particularmente después de los 40, la probabilidad de quedar embarazada cae a menos del 10% por mes.
Estudios indican que la infertilidad puede ser causada por diversas razones tanto en hombres como en mujeres. En el caso de las mujeres, los trastornos ovulatorios, la endometriosis, la obstrucción de las trompas de Falopio y el síndrome de ovario poliquístico (SOP) los cuales son problemas más comunes.
Para los hombres, las causas incluyen baja producción de esperma, motilidad reducida de los espermatozoides, anomalías en la forma del esperma y problemas hormonales. Otros factores que afectan a ambos sexos son el estrés, la obesidad, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la exposición a toxinas ambientales. Estas condiciones se han vuelto más prevalentes en Chile, reflejando el impacto del estilo de vida moderno en la fertilidad.
Tratamientos disponibles
Cinthia Chareca da a conocer que los tratamientos actuales disponibles para el abordaje de la infertilidad se dividen en dos: “Tratamientos de baja complejidad y alta complejidad. La principal diferencia es si la unión entre el óvulo y el espermatozoide ocurre dentro del cuerpo de la mujer o en el laboratorio. Los de baja complejidad, esta unión sucede en el cuerpo de la mujer. Los de alta complejidad, por otra parte, la unión entre el óvulo y el espermatozoide ocurre en un laboratorio de fecundación».
«Los tratamientos de baja complejidad son la inducción de la ovulación y la inseminación artificial. Mientras que los de alta complejidad son la fecundación in vitro o también llamada FIV y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, también denominado ICSI. Uno de los pasos fundamentales en las técnicas de reproducción asistida es el primer paso, que la estimulación ovárica. Merck es pionera en los tratamientos de infertilidad, contando con un portafolio completo de hormonas de tecnología recombinante para la estimulación ovárica, esto contribuye al nacimiento de más de 5 millones de bebés en todo el mundo”, señaló.
Avance de las tecnologías y desafío en Chile
No olvidemos que en la actualidad los avances en ciencia y tecnología continúan y están fuertemente vinculados al área de fertilidad. “Van desde los medicamentos de tecnología recombinante utilizados en la estimulación ovárica hasta los últimos desarrollos en el laboratorio de embriología. Todo contribuye a mejorar las posibilidades de éxito en los tratamientos de reproducción asistida. Los grandes hallazgos en relación a este tema corresponden al uso de inteligencia artificial en el laboratorio de embriología en el seguimiento y selección embrionario”, dice la doctora.
Como dijimos anteriormente, el bajo número de nacimientos en Chile no solo se vinculan a temas médicos, sino que también al estilo de vida moderno, destacándose el retraso en la edad de matrimonio, la búsqueda de estabilidad económica y profesional, aumento del estrés y hábitos poco saludables como el sedentarismo y la mala alimentación. “Sin embargo, los avances recientes en la ciencia han mejorado significativamente las posibilidades de concepción para parejas con problemas de fertilidad. Entre estos avances se encuentran técnicas avanzadas de reproducción asistida como la vitrificación de óvulos, que permite la preservación de la fertilidad femenina, y la edición genética CRISPR, que ofrece potencial para corregir ciertos defectos genéticos. Además, la mejora en la calidad de los medios de cultivo y las técnicas de selección de embriones han aumentado las tasas de éxito de los tratamientos de fertilización in vitro», añadió Chareca.
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¿Cuáles son algunos de los mitos más comunes sobre la infertilidad y por qué no son ciertos?
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Existen muchos mitos en torno a la infertilidad, entre ellos, “que la infertilidad solo es cosa de mujeres”. Al momento de hacer un diagnóstico de un trastorno de la fertilidad, el estudio debe hacerse en la pareja. Las causas pueden ser tanto femeninas como masculinas, y es crucial remarcar que el estudio y tratamiento se dirigen hacia ambos.
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“La edad no afecta a la fertilidad masculina”. Si bien es cierto que la fertilidad masculina no se ve afectada de manera tan radical por la edad como la femenina, el envejecimiento también influye en la capacidad reproductiva del hombre.
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“Los tratamientos de fertilidad siempre terminan en mellizos o trillizos”. Efectivamente, antes se contemplaba que los embarazos producto de tratamientos de fertilidad tenían más probabilidad de ser embarazos múltiples. Esto debido a la transferencia de más de un embrión. Sin embargo, en los últimos años, con el avance de las tecnologías, esto ha cambiado. Así, se opta por la transferencia de un único embrión para reducir los riesgos.
¿Cuándo es apropiado buscar asesoramiento?
Si la mujer tiene menos de 35 años y no presenta antecedentes de trastornos ginecológicos, lo recomendable es acudir a consulta después de un año de intentos sin lograr un embarazo. Por otro lado, si la mujer tiene más de 35 años, se aconseja buscar atención médica tras seis meses de intentos fallidos.
Además, la reserva ovárica predice la respuesta ovárica a la estimulación, proporcionando información sobre las probabilidades de éxito en los ciclos de estimulación ovárica, así como los riesgos y complicaciones. Cuanto mayor sea la cantidad de óvulos que tenga una mujer, mejores serán sus probabilidades de concebir.