A mediados de mayo, conocimos la nueva versión del Termómetro de Salud Mental correspondiente al mes de abril 2024, y en Juntas Podemos desmenuzamos su contenido. Partimos con una buena noticia, porque aumentó el número de personas que señalan que su estado de ánimo actual es mejor que el que tenían antes de la pandemia. Junto con esto, las cifras de personas con síntomas de depresión se encuentran en su menor valor desde el año 2020.
Eso sí, queda por avanzar. Y es que la entrega de enero nos decía que uno de cada cuatro chilenos presenta síntomas de ansiedad, manteniéndose como el principal malestar psicológico presente en el país. Los síntomas más comunes, fueron tener preocupación excesiva, problemas para relajarse, sentir nervios, angustia o mucha tensión y ser incapaz de no preocuparse. El estudio señaló también que lo que más asocian las personas a lo que los estresa son los niveles de inseguridad e inestabilidad política.
La soledad percibida por los encuestados también registró el nivel más bajo desde que se comenzó a medir este indicador en noviembre del 2020. La proporción de personas con altos niveles de soledad llegó al 16,2%. En abril de 2023, un año atrás, la cifra alcanzó un 20,7%. El informe indica que la disminución se produce tanto en mujeres como en hombres, aunque los niveles de soledad en mujeres son superiores.
Mujeres tienen peores cifras en Salud Mental
Las encuestas también muestran que las mujeres presentan síntomas de depresión durante una mayor parte de la vida en comparación a los hombres.
En Juntas Podemos, conversamos con el psiquiatra y presidente de la Fundación “Somos Polen”, Daniel Martínez, sobre los desafíos que tiene la salud mental en nuestro país.
«Los problemas de salud mental son muy de contexto, de circunstancia. Si estamos viviendo un mal momento, es natural que la salud mental se altere. Más allá de los momentos transitorios como la pandemia, es claro que vivimos en un mundo que hace mucho tiempo vive muy acelerado, muy demandante», señaló.
En el caso de las mujeres, dijo el experto, no solo hay demandas externas, sino que también internas que están instaladas culturalmente. Y todo eso genera ansiedad. Cuando esto comienza a vivirse más profundamente, se transforma en angustia, y en algunos casos complicaciones más serias como trastornos de pánico.
¿Por qué se produce la diferencia con los hombres? «Las mujeres viven más ciertas emociones como la ansiedad y la pena. Pero también son más conscientes y piden más ayuda», señala Martínez.
«En ese sentido, uno de los aspectos más importantes que ha pasado en los últimos 10 o 20 años, es la educación emocional, que tiene que ver con que los niños aprendan tempranamente a identificar las emociones», agrega. Junto con esto, es importante normalizar y validar la ayuda en términos de salud mental.
En el caso de los adultos, Daniel Martínez plantea que para poder enfrentar estos problemas, es fundamental hacerlo desde una perspectiva que abarque todos los aspectos de la vida de la persona. Para esto, es necesario capacitar a los líderes en los trabajos, para que tengan la capacidad de detectar a tiempo los problemas.
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