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Bajo esta premisa comencé a ordenar mi día en bloques para ver realmente de cuánto tiempo disponía, por supuesto esta fórmula no fue algo que se me ocurrió a mí, sino que leí a Cassie Holmes, es psicóloga y profesora de la Anderson School of Management de UCLA. Su trabajo sobre la intersección del tiempo y la felicidad ha aparecido en medios como NPR, The Economist, The New York Times, The Wall Street Journal y The Atlantic.
También es autora de “La hora más feliz: cómo vencer las distracciones, expandir tu tiempo y concentrarte en lo que más importa”. Que calcula de cuanto tiempo tenemos al día para actividades “recreacionales” como ver TV, relajarnos, hacer algún deporte o simplemente compartir con amigos. Tenía 5 horas al día para gastar en esas actividades, pero sentía que era muy poco, o sea, esa ansiedad de “sentir” que tenía poco tiempo era más fuerte que el real tiempo que tenía… Las percepciones humanas.
El tiempo libre es importante, pero también lo es el cómo lo gastas, la uniformidad de la satisfacción con la vida entre dos y cinco horas sugiere que, excepto en los extremos, la forma en que empleamos nuestro tiempo libre es muy importante.
El día tiene 24 horas, pero la forma en que percibimos el tiempo es subjetiva. Esto es importante porque la duración de un minuto, una hora, un día o una década informa si considera que tiene tiempo “suficiente”.
Sentirse seguro de que puede lograr todo lo que desea es la definición de tener «mucho tiempo». Aprendí que incluso con los 90 minutos de tiempo libre que tenía al día, podría hacer que mis días se sintieran menos abrumadores y más satisfactorios.
Aquí hay tres formas de sentirse más “abundante en tiempo” sin agregar más tiempo libre a su agenda:
1. Ponte en movimiento.
La actividad física ha demostrado ser un medio eficaz para aumentar la salud, la felicidad y la autoestima.
Pruebe hacer 30 minutos de ejercicio al día durante algunos días de esta semana. Es importante reservar tiempo en su calendario para esto. Las actividades no tienen por qué ser extenuantes; basta con salir a correr lentamente o caminar al trabajo, en lugar de conducir.
Después de la sesión, escribe en un diario cómo te sientes (lo más probable es que te sientas genial). Así, la próxima vez que creas que no tienes suficiente tiempo para hacer ejercicio, recordarás cómo te sentiste y que el tiempo valdrá la pena.
2. Practica actos de bondad.
En uno de mis estudios, descubrí que dedicar tiempo a otras personas puede hacerte sentir que tienes más tiempo discrecional.
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"Esta es la técnica ancestral del perdón Hawaiano, que mediante mantras permitía a las personas liberarse de los errores que habían cometido en su vida."
En algún momento de esta semana, realice dos actos de bondad al azar: uno para un amigo o conocido y otro para un extraño. Depende de ti lo que hagas, pero aquí tienes algunas ideas:
- Pague el pedido de un extraño en una cafetería.
- Hazle un cumplido a alguien.
- Ayuda a un compañero de trabajo a completar una tarea.
- Llévele a un miembro de la familia una delicia o una bebida sabrosa.
- Deja flores a un amigo o una nota bonita.
- Sea lo que sea, hazlo con el único fin de beneficiar a la otra persona. No piense ni anticipe recibir nada a cambio de su amabilidad.
3. Experimenta el asombro
El océano siempre ha tenido un efecto poderoso en mí. Me inspira y me llena de una sensación de asombro. Encontrar formas de lograr este sentimiento puede ampliar su percepción del tiempo.
En un estudio, los investigadores demostraron que, en comparación con reflexionar sobre un evento feliz, reimaginar un evento impresionante hacía que las personas se sintieran menos apresuradas. También los hizo comportarse como si tuvieran más tiempo, lo que los hizo más dispuestos a ofrecer su tiempo como voluntarios para una organización benéfica.
Intente incluir una de estas experiencias en su semana:
Interacciones sociales: ya sea a través de intimidad física, una conversación reveladora o acunando a un recién nacido, nuestras relaciones interpersonales nos extienden más allá de nosotros mismos.
Estar en la naturaleza: dé un paseo por el parque de su vecindario. Mira hacia la luna. Capta el brillo rosa dorado del amanecer o del anochecer y te sentirás menos apurado.
Arte absorbente: Recuerdo vívidamente cuando era estudiante universitario y me quedé asombrada con una obra de Jackson Pollock. Al principio estaba ansiosa por tomar notas y recordar TODO. Pero allí, de pie, contemplando la visión abstracta del artista, quedé embelesada y conmovida más allá de la preocupación por el tiempo.
Ser testigo de los logros: Se puede encontrar una tremenda inspiración en los logros individuales. Observar una hazaña atlética ejecutada con habilidad, por ejemplo, puede abrirnos los ojos a las magníficas posibilidades de la humanidad… Ver las olimpiadas este año puede ser una buena idea.