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En el siglo pasado, Albert Einstein se dio cuenta de que los átomos presentes en los sólidos vibran debido a su energía térmica. El científico asumió y coincidió con la Ley de la Vibración que establece que todo lo que existe en el universo, ya sea visible o invisible, cuando se descompone y es analizado en su forma más básica, consiste en energía pura y existe como una frecuencia o patrón vibratorio. Por ende, los átomos, las partículas subatómicas y las moléculas vibran. Tras analizar y ver los fundamentos de esta teoría, Einstein dijo una de sus frases más destacadas: “Todo en la vida es vibración”.
Podemos inferir que las emociones las podemos percibir como vibraciones que, según el entorno, nos afectan de diversas maneras, y acá entra en juego la Cimática. La cimática, el estudio de los fenómenos ondulatorios y la vibración, es una metodología científica que demuestra la naturaleza vibratoria de la materia y la naturaleza transformadora del sonido (Christianto, Susilo y Smarandache, 2020). Por medio de ella, podemos ver el sonido e incluso mediante equipos médicos avanzados, podemos ver los efectos que tienen las vibraciones a nivel celular en nuestros cuerpos, tanto nocivos como positivos.
Es por ello que se puede inferir que los beneficios que reflejan la cimática, también se reflejarán en nuestros cuerpos y, por ende, en nuestro bienestar. Prueba de esto es que, a nivel global, varias clínicas y consultorios psicológicos han optado por acondicionar sus espacios de consulta acústicamente, para que, al reproducir música, las vibraciones recibidas en estas salas sean parte de la terapia, al recibir vibraciones positivas.
¿Entonces, que podemos hacer para vibrar alto? ¿Qué nos puede ayudar a cambiar la frecuencia o “el chip” en alguna situación que estemos viviendo? ¿Cómo nos podemos apoyar en la ciencia para optimizar nuestro bienestar?
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Beneficios
Al elevar tu frecuencia eres capaz de sintonizar con la alegría, la paz y la libertad. En un estado en el que sientes:
- Aumento de la creatividad.
- Más fuerza y agilidad.
- Motivación.
- Mayor intuición.
- Aumento de la energía.
- Pequeñas acciones para elevar tu vibración.
- Nos ha quedado un poco más clara la importancia de vibrar a una frecuencia alta, por lo que el próximo paso es aprender cómo hacerlo.
- No hay un método infalible, no hay una receta mágica. A cada una nos funcionarán unas cosas distintas y de eso se trata, de encontrar aquello que vibre contigo y te haga elevar tu vibración.
Acciones más comunes
- Meditar unos minutos al día.
- Practicar yoga.
- Pasear por el campo, el bosque o la playa, conectar con la naturaleza.
- Desconectar de la tecnología.
- Cuidar tu alimentación, comer alimentos que le sienten bien a tu cuerpo.
- Alegrarte por los triunfos de los demás.
- Escribir un diario personal.
- Cuidar de tus plantas.
- Pintar o dibujar.
- Practicar la gratitud, escribir cada día cinco cosas por las que estás agradecida.
Otras ideas efectivas
- Cultivar un huerto.
- Rodearte de tus amigos de verdad, de personas con frecuencias vibratorias altas.
- Escribir poesía.
- Ordenar tu armario.
- Abrazar a algún ser querido.
- Usar un lenguaje positivo.