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Columna . Viaje al bienestar en Avenida 88.1: El miedo

El miedo es una emoción que está presente en todos nosotros, pero ¿qué es y cómo puede afectar a nuestro bienestar?

El Miedo

Créditos: Getty Images

Todos hemos escuchado de los ataques de pánico y lo que provocan en miles de personas en todo el mundo, estos ataques no son más que miedo, pero, ¿qué es el miedo?

El miedo es una emoción natural que se caracteriza por experimentar una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario. Es una de las pocas emociones básicas que compartimos con muchos animales. La consecuencia suele ser huir ante el peligro, intentar evitarlo o combatir aquello que lo causa. 

La función del miedo radica en que es considerada una de las emociones más primitivas, pues su función es prepararnos para la supervivencia, para dar una respuesta rápida y eficaz ante una amenaza. Asimismo, es un mecanismo de defensa, provocado por cosas específicas y que funciona como una alarma psicológica, que avisa de amenazas para la integridad física y el bienestar de la persona. Pero, qué hacer ante este sentimiento, cómo combatirlo, más bien cómo enfrentarlo y aprender a bajar su intensidad. 

Manifestación y expresión

El miedo se manifiesta en cuatro niveles: 

  • Cognitivo: se transforma en pensamiento e imágenes negativas
  • Fisiológicas: ocurren cambios corporales que originan sensaciones desagradables, como aceleración del ritmo cardiaco y la respiración, contratación muscular, temblor de piernas y manos, sudoración, bloqueos, tics, expresiones faciales como palidez del rostro y piloerección (se erizan los pelos de la piel).
  • Conductual: el miedo origina acciones hacia el estímulo o situación temida, como paralizarse, escapar o llorar.
  • Neuronal: el miedo comienza en una región del cerebro denominada amígdala, que forma del sistema límbico; este sistema es el encargado de regular las emociones y funciones de conservación del individuo.

Regulación 

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"Meditar no siempre es fácil, especialmente al inicio, pues requiere disciplina y práctica para su perfección. Por tanto, requiere esfuerzo, pero a la larga sus beneficios para la salud son numerosos."

La regulación emocional es el proceso de modular la intensidad o duración de la emoción, con el fin de lograr una adaptación social o biológica. Para ello, es apropiado realizar algunos pasos, entre los que se encuentra el reconocimiento de la emoción, en donde la persona da respuesta a ciertas preguntas: ¿Qué ocurrió?, ¿Por qué se piensa que sucedió esa situación?, ¿Cómo hace la situación que sienta emocional y físicamente?, ¿Qué quiere hacer, como resultado de cómo se siente?, ¿Qué hace y dice?, ¿Cómo su emoción y sus acciones lo afectan después?

El siguiente paso es poner atención en cómo los pensamientos y conductas pueden influir en la emoción de miedo. Existen pensamientos detonadores que causan dolor emocional y sufrimiento; por tanto, es importante llevar a cabo estrategias que ayuden a controlarlos. También se puede recurrir a una respiración diafragmática, también llamada profunda, que oxigena mejor la sangre, porque permite el acceso del aire a la parte inferior de los pulmones, este tipo de respiración ayuda a relajar la mente y el cuerpo.

Pasos para realizar la respiración profunda

  • Siéntese en el suelo sobre una alfombra o manta.
  • Doble las rodillas y separe las piernas a unos 20 centímetros, dirigiéndolas suavemente hacia fuera. Asegúrese de mantener la columna vertebral recta.
  • Explore su cuerpo en busca de signos de tensión.
  • Coloque una mano sobre el abdomen y su pecho.
  • Tome aire, lenta y profundamente por la nariz, y hágalo llegar hasta el abdomen elevando la mano que había colocado sobre él. El pecho se moverá un poco, a la vez que el abdomen.
  • Cuando se haya relajado, sonría un poco, inhale aire por la nariz y sáquelo por la boca, haciendo un ruido suave.
  • Continúe con 5 y 10 minutos de relajación profunda.
  • Al final de cada sesión de respiración, dedique un poco de tiempo a explorar su cuerpo una vez más en busca de signos de tensión. Compare la tensión que siente al acabar el ejercicio con la que sentía al empezarlo.
  • El horror te enseña a sobrellevar.
  • Te permite explorar tu propio lado oscuro.
  • Te hace pensar que eres diferente a la víctima y, por lo tanto, es más probable que sobrevivas.

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