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Hay cosas que no tranzo y es mi tostada con palta en la noche cuando llego de la universidad, es que las como todos los días y no me cansa. Además, no soy regodeona, puede ser marraqueta, pan de molde, ciabatta o el que compre de turno, que ahora es uno que se supone tiene menos carbohidratos.
Como que me reinicia esta tentación de mis dietas y para que decir junto a un tecito bien caliente. Seguro, muchos que están leyendo deben sentirse representados si son chilenos, ya que nuestro país es de los mayores consumidores de esta masa con capa crocante e interior esponjoso en el mundo, así que ¿Cómo no celebrar este 16 de octubre el día mundial del pan?
El homenaje se rinde porque es uno de los alimentos más antiguos y universales de la humanidad. Desde sus orígenes hasta el boom actual de productos artesanales, el pan ha recorrido un largo camino en la historia de la alimentación.
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Origen milenario
Los primeros registros de pan datan de hace más de 14.000 años, cuando los antiguos pueblos del Levante (Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania y Chipre) descubrieron cómo mezclar cereales con agua y cocer esta mezcla sobre piedras calientes. Sin embargo, el pan tal como lo conocemos hoy, con levadura y esponjosidad, fue el resultado de la civilización egipcia, quienes fueron pioneros en el uso de levadura natural para fermentar la masa. El pan rápidamente se expandió por Europa, Asia y África, adaptándose a las costumbres locales y siendo símbolo de civilización y prosperidad.
Chile, incondicional
Chilito ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial en consumo de pan, siendo Turquía y Alemania, los que llevan el primer lugar con 104 kilos por persona. En segundo puesto está Chile, con 96 kilos, seguido por Bulgaria, con 95 kilos. La marraqueta es el gran protagonista en las mesas chilenas, representando el 70% del consumo nacional, seguido por la hallulla y el pan de molde. Este fenómeno no es casual; el pan, más allá de su sabor y versatilidad, está profundamente arraigado en la cultura alimentaria chilena, siendo un acompañamiento esencial en cada comida.
El por qué se explica fácil: se vende en casi todos lados, por lo cual es de fácil acceso y a un precio conveniente, lo que lo hace ser elegido sobre todo por niveles socioeconómicos más bajos. Además, en la actualidad existe una amplia variedad de panes, que permiten satisfacer más tendencias alimentarias y/o gustos, incluso problemas alimentarios, como la intolerancia al gluten. Y lo mejor que pueden ser consumidos con muchos tipos de rellenos, todo lo cual influye en ser preferido por una gran parte de la población.
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Panaderías en Chile
Se tiene un registro de cerca de 1.600 panaderías tradicionales y modernas operan en nuestro territorio. En los últimos años, ha habido un auge de panaderías modernas y artesanales, impulsadas por la creciente demanda de productos más naturales y saludables. Estas nuevas panaderías apuestan por panes elaborados con masa madre, ingredientes orgánicos y técnicas tradicionales de fermentación, en contraposición a los panes industriales de producción masiva.
La fiebre por el pan de masa madre, cuya característica es que es fermentado naturalmente gracias a levaduras salvajes, presenta beneficios que van más allá de su carácter artesanal. La fermentación prolongada reduce el contenido de gluten, lo que lo hace más digestivo y favorece el crecimiento de bacterias benéficas para el sistema digestivo. Además, a diferencia de los panes industriales, la masa madre permite una mejor absorción de nutrientes y tiene un índice glucémico más bajo, lo que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
Entre las opciones más populares de panes sin gluten están: con harina de arroz, maíz y quínoa, estas alternativas están ganando terreno entre quienes buscan una dieta más variada y libre de alérgenos, proporcionando nuevas formas de disfrutar este alimento sin comprometer la salud.
Mitos y Realidades sobre el Consumo de Pan
La nutricionista Daniela González Reyes, de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, desmitificó algunas creencias comunes en noticias UNAB
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Mito 1: Para perder peso, es necesario eliminar el pan.
Respuesta: FALSO. La pérdida de peso se logra creando un déficit calórico mediante una dieta equilibrada y ejercicio, no eliminando un solo alimento.
Mito 2: El pan tostado tiene más fibra que el pan sin tostar.
Respuesta: FALSO. Tostar el pan no aumenta su contenido de fibra; simplemente cambia su textura y sabor.
Mito 3: El pan integral tiene menos calorías que el pan blanco.
Respuesta: FALSO. Ambos tipos de pan tienen un aporte calórico similar; la diferencia radica en la cantidad de fibra y nutrientes.
Mito 4: La marraqueta engorda menos que la hallulla.
Respuesta: VERDADERO. La hallulla contiene más grasa, pero el aumento de peso depende de la cantidad consumida y los acompañamientos.
Mito 5: Un pan con fecha de caducidad más larga es de mejor calidad.
Respuesta: FALSO. La duración del pan no indica su valor nutricional, sino la cantidad de conservantes utilizados.
Mito 6: Sacar la miga del pan ayuda a engordar menos.
Respuesta: FALSO. La miga y la corteza tienen el mismo valor nutricional; lo importante es moderar la cantidad total consumida.
Mito 7: Las personas con diabetes no pueden comer pan.
Respuesta: FALSO. Los diabéticos pueden incluir pan en su dieta, siempre que controlen las porciones y prefieran opciones integrales.
Mito 8: Consumir pan provoca un aumento de peso en la zona abdominal.
Respuesta: FALSO. El aumento de grasa abdominal es resultado del consumo excesivo de cualquier alimento, no solo del pan.
Mito 9: El pan sin sal tiene menos calorías.
Respuesta: FALSO. Este tipo de pan solo contiene menos sodio, lo que puede ayudar a reducir la retención de líquidos.
Mito 10: El pan integral impide la absorción de calcio.
Respuesta: VERDADERO. La fibra del pan integral puede interferir con la absorción de calcio, por lo que se recomienda no consumirlos simultáneamente.
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