Hola mis viajeros, cada día que pasa estamos más cerca de que se acabe el año, y es cuando comenzamos a hacer listas, recuentos, llegan los premios, honores y pensamos que queremos en la siguiente etapa, al menos mi cabeza se llena de deseos, planes y esa pregunta inevitable: “¿Qué quiero manifestar este año?”. Para mí, es un concepto etéreo, casi mágico. La primera vez que escuché hablar de “manifestar” no lo relacioné del todo con la metafísica pero poco a poco, fui conectando los puntos de mi propia vida, y enseñanzas y conceptos que ya había escuchado.
La historia detrás de mi manifestación
Hace años, cuando vivía en Nueva York, me escapé un día a la playa. Era una de esas jornadas en las que la ciudad me quedaba grande, y necesitaba oler el mar, aunque fuera por unas horas. Sentada en la arena, con el sonido de las olas como fondo, abrí mi Facebook y escribí: “No sé cuándo, pero algún día voy a vivir mirando el mar”. Esa frase no era más que un deseo al aire, o eso creía en ese momento.
Ahora vivo en la playa mirando el mar y a veces me pregunto: ¿fue casualidad o manifestación?
La verdad es que no fue magia. Años después de esa publicación, tomé decisiones —unas conscientes, otras impulsivas, vino la pandemia y otras situaciones que me trajeron a este lugar. Pero si lo pienso bien, todo comenzó aquel día en la playa, cuando dejé que mi corazón hablara y planté la semilla de lo que sería mi futuro.
¿Qué es manifestar y de dónde viene?
El concepto de manifestar tiene raíces profundas en la metafísica, una rama de la filosofía que estudia la naturaleza de la realidad y lo que está más allá de lo físico. Desde los tiempos de Aristóteles, la idea de que nuestros pensamientos influyen en nuestra realidad ha sido tema de debate.
Libros como El Secreto popularizaron esta idea, pero el concepto no es nuevo. Culturas antiguas como la hindú ya hablaban del poder del pensamiento en los textos védicos, y el taoísmo explora cómo la intención consciente puede alinear nuestras vidas con el flujo natural del universo.
Hoy, prácticas como la visualización, el journaling y la meditación han traído esta sabiduría a millones de personas. Incluso la ciencia, como el estudio de la Dra. Carol Dweck de Stanford (2006) sobre la “mentalidad de crecimiento”, respalda la idea de que nuestras creencias determinan en gran parte nuestro destino.
El arte de manifestar: un regalo para tu bienestar
Hoy entiendo que manifestar no es simplemente pedir y esperar. Es una combinación de deseo, intención y acción. Escribir mis sueños, visualizar cómo quiero sentirme y dar pequeños pasos hacia mis metas ha transformado mi vida en cada una de sus dimensiones.
Y no lo digo solo yo. En 2021, un estudio del Journal of Positive Psychology demostró que las personas que practican la gratitud y la visualización experimentan mayor bienestar emocional y físico.
A veces nos cuesta creer en el poder de nuestras palabras y pensamientos. Pero si alguna vez has soñado algo que luego se hizo realidad, aunque sea años después, pregúntate: ¿realmente fue casualidad?
En este 2025 los invito a que lo intentes. Solo necesitas claridad, conexión contigo mismo y con la naturaleza, y la disposición para actuar. Porque manifestar no es magia, pero cuando lo vives, se siente como si una varita mágica estuviera tocando a tu puerta.
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