Hola, mis viajeros. Esta vez vamos a hacer una pequeña recuenta biográfica, una apología a por qué nace este espacio sobre “el Viaje”.
Vamos a hablar de que el viaje no necesariamente es un viaje en el que tomamos un avión, un bus, un tren, para movernos de un lado hacia el otro. Muchas veces y sin descontar el comprar un ticket recorremos un camino al interior. Viajamos cuando pasamos de una etapa a otra en la vida. Viajamos cuando tomamos la decisión de hacer un cambio importante, como hacer una dieta. O cuando comenzamos algún camino físico, como el yoga. O simplemente cuando abrimos la puerta a una nueva relación.
La primera vez que me relacioné con un viaje de manera profunda fue cuando en el colegio nos llevaron al teatro a ver la obra Siddhartha. Quede impresionada, maravillada y muy emocionada con el viaje que hace el personaje principal. Y me pasaron dos cosas súper importantes en esa obra. Una, dije yo quiero estar ahí porque quería ser actriz. Y la otra, yo quiero estar ahí porque quiero viajar, quiero conocer y perderme en más experiencias de la vida. Es más, incluso pienso que en realidad el quiero estar ahí era mucho más por el viaje que estaba haciendo el personaje que por el estar encima de unas tablas del teatro, pero ese es tema para otra columna.
Festival Wanderlust
En febrero del año 2013 y en compañía de una gran amiga fui a un evento con el que había soñado por años, naturaleza, yoga, terapias y desconectar del mundanal ruido con personas que estaban en la misma vibración, ese lugar era Wanderlust. Una palabra de origen alemán, compuesta por dos palabras: ‘wandern’, que significa ‘vagar’ y ‘lust’, cuya traducción es ‘pasión’. La traducción de ambas de forma menos literal sería “pasión por viajar” o lo que es lo mismo, sentir un fuerte impulso o deseo de recorrer y explorar.
Fue en 2009, en las mágicas montañas de Squaw Valley, California, donde nació el Festival Wanderlust. Este evento pionero atrajo a miles y rápidamente se convirtió en un fenómeno, expandiéndose a otros lugares icónicos de Estados Unidos como Vermont, Colorado y Hawaii. Fue así como el espíritu de Wanderlust cruzó fronteras hacia Latinoamérica, un territorio con una profunda conexión espiritual y cultural con la tierra.
La llegada de Wanderlust a países como México, Chile y Brasil no fue solo un acto de expansión comercial. Más bien, fue un encuentro entre dos mundos: por un lado, un concepto moderno de bienestar, y por otro, las tradiciones ancestrales de conexión con el cuerpo y el espíritu que forman parte del ADN cultural latinoamericano. Aquí, Wanderlust se adaptó, incorporando elementos locales como ceremonias indígenas, comidas tradicionales y paisajes únicos que ofrecían un marco perfecto para esta experiencia transformadora.
Wanderlust en el Parque Araucano
Wanderlust sigue vivo, pero con un enfoque más íntimo y este proximo 7 de diciembre, en el Parque Araucano, se desarrollará la XI edición de Wanderlust en Chile bajó el lema de “Wanderlust Gratitud”. Y además de muchos profesores y talleristas me gustaría destacar que estará presente la Fundación Casa Familia, organización que trabaja acogiendo a niñas y niños con cáncer junto a sus cuidadoras y cuidadores. Y también a Mirada Animal, encargada de rescatar, rehabilitar y entregar en adopción a animales abandonados, agradecer, empatizar y dar una mano a quienes nos necesitan es también una dimensión del bienestar. Nunca olvidemos que somos parte de un (o varios) colectivos.
En esencia, el espíritu de Wanderlust sigue invitándonos a pausar, respirar y, sobre todo, buscar nuestra propia aventura, ya sea en un festival, en un rincón de la naturaleza o simplemente dentro de nosotros mismos.
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