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¿Hay placer más grande que dormir? Seguro hay algunos otros, pero un buen descanso te devuelve la vida y a mí que tengo problemas en la tiroides es vital cerrar los ojos por lo menos 8 horas, si no, no funciono. Lo que sí este tiempo podría ser más si tengo algún sueño que me haga correr, llorar o pasarlo mal de alguna manera, es que meterse en pesadillas no es cosa fácil.
Sin embargo, sabemos que si estamos con algún tema que nos tenga estresados al cerrar los ojos se descargará algo que nos haga seguir en esa frecuencia, pero bueno, a veces también en ese logramos obtener soluciones.
Cada noche, nos entregamos a un universo de sombras y símbolos. En ese lapso de suspensión, nuestro cuerpo descansa, pero nuestra mente vive relatos enigmáticos que desafían la lógica. ¿Qué función cumplen los sueños? ¿Son meras proyecciones del inconsciente o tienen un propósito biológico más profundo?
Este día mundial del sueño nació para concienciar sobre la importancia de un buen descanso y para destacar los problemas relacionados con los trastornos del sueño que afectan a muchas personas en todo el mundo. Además, busca promover hábitos saludables, investigar sobre el sueño y compartir información sobre cómo mejorar la calidad de vida a través de un descanso adecuado.
La ciencia ha dejado claro que el sueño es mucho más que una pausa en la vigilia. Mientras dormimos, el cerebro se desintoxica, reorganiza la información y fortalece el sistema inmunológico. Pero hay algo más: durante las fases del sueño, especialmente en la etapa REM (se reconoce por el movimiento rápido de los ojos y suele ocurrir varias veces durante la noche, alternándose con otras fases del sueño más profundo. Cada episodio REM puede durar desde unos pocos minutos hasta casi una hora en las últimas etapas de la noche), el mundo onírico cobra vida, revelando miedos, deseos y conflictos internos que muchas veces ni siquiera sospechamos tener.
El sueño: una función vital para la mente y el cuerpo
Lejos de ser un lujo, el descanso es una necesidad fisiológica clave para nuestra supervivencia. Las investigaciones más recientes han demostrado que el sueño:
- Elimina toxinas del cerebro, reduciendo el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
- Refuerza la memoria y el aprendizaje.
- Regula el estado de ánimo y la respuesta al estrés.
- Mejora la función inmunitaria y la resistencia a enfermedades.
Dormir bien no solo nos permite estar alerta y enérgicos al despertar, sino que impacta en la forma en que nuestras neuronas se comunican entre sí. No es casualidad que, tras una mala noche, nuestra capacidad de concentración y toma de decisiones se vea comprometida.
Los sueños: entre la ciencia y el psicoanálisis
Desde hace más de un siglo, los sueños han sido objeto de fascinación y debate. Freud los interpretó como expresiones de deseos reprimidos, mientras que teorías más recientes, como la del procesamiento de la información, sugieren que los sueños nos ayudan a organizar recuerdos y emociones del día.
Por otro lado, existe la hipótesis de la activación-síntesis que propone que los sueños son el resultado de la actividad aleatoria de las neuronas durante el sueño REM, sin un significado oculto, solo sería un intento del cerebro de dar coherencia a impulsos neuronales dispersos.
Dato: Pasamos aproximadamente un tercio de nuestras vidas durmiendo, y alrededor del 20-25% de ese tiempo está dedicado al sueño REM.
¿Podemos influir en nuestros sueños?
Aunque nos gustaría programar nuestras noches para soñar solo con paraísos idílicos, la realidad es que los sueños suelen estar vinculados a nuestra vida emocional. “Las experiencias del día pueden determinar el contenido de los sueños. Los estados de ánimo, el estrés y hasta lo que vemos en una película pueden influir en ellos”, explica el psicólogo español Diego de la Guerra.
Y si bien no podemos evitar pesadillas o sueños inquietantes, sí podemos mejorar la calidad del descanso, lo que influirá en la forma en que soñamos. Mantener horarios regulares, reducir la exposición a pantallas antes de dormir y evitar estimulantes como la cafeína en la noche son algunas claves para favorecer un sueño reparador.
Los mensajes del subconsciente: tipos de sueños y su posible significado
A lo largo de la historia, los seres humanos han intentado descifrar el significado de sus sueños. Aunque la interpretación varía según la persona y su contexto, algunos patrones se repiten:
- Lúcidos: cuando el soñador es consciente de que está soñando y puede incluso controlar la narrativa.
- Recurrentes: reflejan conflictos o preocupaciones no resueltas.
- Pesadillas: pueden ser una manifestación de estrés, ansiedad o traumas pasados.
- Simbólicos: contienen elementos con significados personales o colectivos.
- Premonitorios: aunque no hay evidencia científica de que puedan predecir el futuro, algunos los interpretan como intuiciones subconscientes.
Entre los sueños más comunes, encontramos algunos con interpretaciones recurrentes:
- Caídas al vacío → Sensación de falta de control en la vida.
- Persecuciones → Estrés, ansiedad o miedo a enfrentar problemas.
- Desnudez en público → Vulnerabilidad o temor al juicio ajeno.
- Exámenes difíciles → Inseguridad o miedo al fracaso.
- Reencuentros con personas fallecidas → Proceso de duelo y búsqueda de consuelo.
Dato: Se estima que olvidamos el 95% poco después de despertar.
Cuando los sueños se convierten en señales de alerta
Aunque la mayoría de los sueños forman parte del funcionamiento normal del cerebro, hay casos en los que pueden indicar problemas emocionales más profundos. Las pesadillas frecuentes y los sueños repetitivos con contenido angustiante pueden ser señales de conflictos internos no resueltos o incluso de trastornos psicológicos que requieren atención profesional.
“El sueño es un reflejo de nuestra vida psíquica. A veces, los sueños insisten en un mensaje que necesitamos escuchar. En esos casos, la psicoterapia puede ayudar a comprender qué nos está diciendo nuestra mente”, señala De la Guerra.
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