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En las últimas décadas, la ciencia ha avanzado en la comprensión de que no todas las mentes funcionan de la misma manera. La neurodivergencia es un término que engloba a personas con diferencias en el desarrollo neurológico, incluyendo el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), la dislexia, la dispraxia y otras condiciones que antes eran vistas solo como “trastornos”.
Lejos de ser un problema a corregir, la neurodivergencia resalta que existen múltiples formas de procesar la información, comunicarse y relacionarse con el mundo. No se trata de una enfermedad ni de una discapacidad en sí misma, sino de un funcionamiento distinto que, con el apoyo adecuado, puede integrarse plenamente en la sociedad.
Dentro de la neurodivergencia, el TEA es una de las condiciones más estudiadas y, al mismo tiempo, una de las más incomprendidas.
El Trastorno del Espectro Autista: una condición, múltiples manifestaciones
El TEA es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y la flexibilidad en los comportamientos o intereses. Se habla de un “espectro” porque su manifestación varía ampliamente de una persona a otra, desde quienes tienen un alto grado de independencia hasta quienes requieren apoyos significativos en su vida diaria.
El diagnóstico del TEA se basa en la observación de ciertas características que pueden estar presentes desde la infancia, aunque en algunos casos no se detectan hasta la adolescencia o adultez. Entre los principalesrasgos del TEA se encuentran:
- Dificultades en la interacción social y la comunicación.
- Preferencia por rutinas y resistencia a los cambios.
- Intereses restringidos o intensamente enfocados en ciertos temas.
- Sensibilidad sensorial aumentada o disminuida (a la luz, los sonidos, el tacto, etc.).
Las categorías dentro del espectro autista
Hasta hace algunos años, el autismo se subdividía en categorías como “Síndrome de Asperger” o “Autismo de Alto y Bajo Funcionamiento”. Sin embargo, la comunidad científica decidió eliminar estas distinciones en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), unificando todas las manifestaciones bajo el término TEA y estableciendo distintos niveles de apoyo:
- Nivel 1: Personas que requieren poco apoyo en la vida diaria. Pueden tener dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad del pensamiento, pero logran independencia con ciertas adaptaciones.
- Nivel 2: Necesitan apoyo moderado en áreas como la comunicación, la interacción social y la gestión de cambios en la rutina.
- Nivel 3: Requieren un alto nivel de apoyo en la vida cotidiana debido a dificultades significativas en la comunicación y la autonomía.
La eliminación del término “Síndrome de Asperger” no significa que las personas antes diagnosticadas con este nombre ya no pertenezcan al espectro, sino que ahora se reconoce que no hay una diferencia clara entre “Asperger” y otras formas de TEA.
La importancia de un diagnóstico profesional
En la actualidad, muchas personas buscan respuestas sobre su funcionamiento neurológico en internet. Test en redes sociales, publicaciones virales y experiencias compartidas pueden generar la sensación de que uno “encaja” en una categoría diagnóstica. Sin embargo, la autoevaluación basada en estas herramientas no tiene validez científica.
El diagnóstico del TEA requiere una evaluación clínica multidisciplinaria realizada por neurólogos, psiquiatras o psicólogos especializados. Implica entrevistas estructuradas, pruebas estandarizadas y una observación detallada del comportamiento en distintos contextos.
Lo nocivo del autodiagnóstico por las redes sociales
- Confirmación errónea: Una persona puede asumir que tiene TEA cuando en realidad su comportamiento responde a otra condición, como ansiedad social o depresión.
- Desinformación: Sin un diagnóstico profesional, se pueden buscar estrategias de manejo inadecuadas.
- Estigma y confusión: Asumir una etiqueta sin comprensión real puede llevar a reforzar estereotipos o a malinterpretar las verdaderas necesidades de una persona.
Si alguien sospecha que puede estar dentro del espectro autista, lo ideal es buscar orientación de un profesional de la salud en lugar de basarse en información poco fiable.
Neurodivergentes en el arte, la música y el deporte
Muchas figuras públicas han sido diagnosticadas con TEA o TDAH, ayudando a visibilizar la neurodivergencia en distintos ámbitos.
Música y cine
Anthony Hopkins:
El reconocido actor británico recibió su diagnóstico de TEA en la adultez. Su capacidad de concentración y su forma meticulosa de interpretar personajes han sido asociadas a su neurodivergencia.
Will Smith:
Recuerda que cuando era niño destacaba en su curso por sus problemas de concentración e intranquilidad. Poco después, fue diagnosticado con TDHA; pero esta afección, lejos de afectarlo, impulsó su instinto creativo y sus habilidades sociales. Will mencionó que se consideraba un niño divertido pero que reconocía tener dificultades de aprendizaje pues actividades relativamente simples le costaban mucho trabajo.
Justin Timberlake:
El cantante y actor piensa que su TDAH tiene mucho que ver con su éxito pues afirma que le brinda energía adicional para sus proyectos. De igual manera, dijo en una entrevista que el trastorno le permite sentirse atrapado en la electricidad del ambiente y explotar su creatividad. Además, Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y ansiedad. No obstante, ninguna de estas etiquetas le ha impedido seguir con su maravillosa carrera musical y cumplir sus sueños.
Jim Carrey:
Es uno de los famosos con TDAH más entusiastas respecto al tema pues confirma que su éxito se debe en gran parte a esta afección. Carrey considera que su personalidad innovadora, entusiasta, creativa e inquieta es producto del TDAH diagnosticado en su niñez; pues, recuerda que desde pequeño era el payaso del curso y molestaba a sus compañeros. Incluso, una vez comentó entre risas que en su libreta siempre tenía el mensaje “Jim acaba primero y luego molesta a los demás estudiantes”.
Jennifer Lawrence:
Es una actriz reconocida en todo el mundo. Desde su infancia padeció TDAH y cuenta que en la escuela la apodaban “nitro” como nitroglicerina por su hiperactividad permanente y; a pesar de que al principio esto no la afectaba por el gran apoyo de su madre, luego tuvo varias repercusiones negativas.
Deporte y ciencia
Michael Phelps:
El nadador más condecorado de la historia olímpica fue diagnosticado con TDAH en la infancia. A través del deporte, encontró una manera de canalizar su energía y concentrarse en sus objetivos.
Lionel Messi:
Si bien no ha hablado abiertamente de un diagnóstico, se ha especulado que su forma de procesar el mundo y su obsesión con la perfección en el fútbol podrían estar relacionadas con el espectro autista.
Simone Biles:
A la gimnasta estadounidense le diagnosticaron TDAH de niña. Habló públicamente después de que hackers revelaran historial médico en 2016. Biles se ha convertido en la gimnasta estadounidense más condecorada de la historia, ganando cuatro medallas de oro olímpicas en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Michael Jordan:
Fue diagnosticado con esta afección y tanto sus doctores como sus profesores llegaron a la conclusión de que jamás podría concentrarse. Además, les dijeron a sus padres que deberían buscar otros métodos de enseñanza pues, según ellos, nunca lograría aprender algo por sí mismo.
Lideres sociales
Greta Thurnberg:
Conocida activista medioambiental que desde el principio ha sido muy clara con su condición TEA lo que se nota en su forma de pensar y la franqueza
Elon Musk:
Empresario visionario y fundador de varias empresas altamente exitosas, como Tesla, SpaceX y Neuralink. Es una de las personas más ricas del planeta, y también una de las personas más influyentes debido a sus proyectos inovadores.
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